martes, 9 de septiembre de 2008

LA EXIGENTE TAREA DE UN PARTIDO


Crear, mantener, desarrollar, proyectar y plasmar en realidades el comprometido ideario de un partido político debiera ser algo superior para quienes a ello se dispongan. Es una tarea exigente, difícil y compleja. Nunca debiera ser una simple aventura ni un mero antojo o capricho personal o grupal. Para que esto sea como debe ser es obligante contar con un cuerpo de Documentos Fundamentales (principios ideológicos, líneas políticas, reglas de comportamiento y acciones programáticas), convenidos por todos para todos los comprometidos, inspirados en un elevado espíritu de servicio público y en una firme ética política. Ideas complementarias, como las que siguen, entre otras, son base de sustentación de la premisa fundamental señalada al comienzo:

1) Como un verdadero partido democrático no puede ni debe ser personalista, sino colectivista, es obvio que se debe estimular e inducir el liderazgo colectivo de la Organización como tal, y en cuanto a la individualización del liderazgo, como promotor y motor del Partido, debe darse el liderazgo múltiple, con expresión concreta en los diversos niveles y sectores de la estructura partidista, dentro de un convenido respeto al desarrollo de cada uno y a la sana y democrática competencia de ellos en los casos de aspiraciones para cargos y funciones de dirección y representación partidista y popular.

2) Regla clave en todo partido debe ser en los juegos de liderazgo la sana y acertada combinación de la sabia y valiosa experiencia de los años con la también valiosa energía juvenil, con su frescura de rostro e imagen. Es necesario estimular y promover el relevo, sin caer ni en la obstinación personal y cobro de servicios prestados, ni en el desbocamiento y desesperación como si la existencia fuera corta.

3) La disciplina colectiva para los miembros no debiera ser impositiva, sino convenida y establecida en las Reglas, como parte del juego democrático en la vida interna de la Organización, y mediante procedimientos previamente convenidos para la democracia partidista que se establezca.

4) En los procesos de elaboración, discusión, aprobación y sanción de los Documentos Fundamentales debe haber un procedimiento convenido por todos y dirigido a plasmar en realidad la participación democrática y activa de todos.

5) La formación política, ideológica y organizativa de los dirigentes y militantes es una necesidad primordial, junto con las demás tareas prioritarias (organización, finanzas, propaganda…). La formación de líderes y dirigentes partidistas y sociales y de servidores públicos debiera programarse y realizarse, y así evitar en esto la improvisación y reducir la influencia de factores extraños (lo mediático, lo económico…)

6) Las inevitables tendencias o corrientes de opinión deben ser debidamente atendidas con una sabia y sana regulación, compartida por todos, que permitan el juego libre de las ideas como tales pero que en ningún caso lleguen a expresar grupos en paralela, ajenos al colectivo como tal. Nunca puede ni debe haber liderazgo, disciplina ni desenvolvimiento propios y autónomos.

7) La búsqueda del poder obviamente se debe mantener, para así plasmar en realidad el ideario del Partido para beneficio de toda la sociedad, siempre sujeto a la ética política de la Organización.

8) Es deber del Partido y de todos sus líderes y dirigentes mantenerse actualizados en el conocimiento de la vida política nacional e internacional, con permanente espíritu de superación y en constante aprendizaje con los aciertos y los errores, propios y ajenos.

Adelso González Urdaneta

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